jueves, 3 de abril de 2008

EL PODER DE LA IGNORANCIA (ENSALZAMIENTO A LA LIBERTAD INDIVIDUAL)





Me entristece ver que en los tiempos en los que estamos, cuando todo avanza vertiginosamente en tantos campos, que la ignorancia, en vez de estar cada vez más relegada, en las mentes humanas, bien al contrario las habita y llena de oscura desconfianza.


Nada me da más miedo que una persona ignorante, porque la falta de saber le relega al rebaño de los necios, les falta la luz del conocimiento y se vuelven al actuar en conjunto, amenazantes para quienes tienen criterio propio y se han culturizado al punto de tener una amplia capacidad de discernir. Porque esa es la bondad del conocimiento, saber, conocer para poder diferenciar.

Para quienes discrepamos y exponemos abiertamente nuestro libre pensamiento, acecha como una fiera descomunal el poder de la masa alineada en la ignorancia. Bien saben eso los que dirigentes de las naciones, el poder se asienta en la ignorancia; la sabiduría individualiza al ser humano y le otorga capacidad para decidir por si mismo cualquier cosa que le pueda afectar. Eso dificulta la aceptación de las normas, de lo políticamente correcto.

Pero cada vez es más dura la lucha, el poder de los medios, en vez de enaltecer la persona como un ser único y diferente, se apodera de la facilidad de llegar a millones de mentes, para someterlas con mensajes mediáticos que nublan de manera masiva cualquier sublevación al orden establecido.

Lo triste es sufrir en la vida diaria el poder de la ignorancia, entrar el algún chat o foro de internet, un medio tan maravilloso para propagar el saber como peligroso para el subsistir ante el envite de la intolerancia y la sin razón de quienes no aceptan la discrepancia, la pluralidad de pensamiento y el libre parecer. Una inquietante amenaza, que nos vocifera e insulta a quienes no queremos etiqueta, quienes no ponemos la piel desnuda del espíritu a su alcance para que la marquen con los arañazos de opacidad mental.


Dedicada a aquellas personas que agitan el rayo lacerante de la censura, va dedicada esta poesía.




Soy tan libre que ojos
cautivos de la ceguera ignorante,
no me atraviesan con su intolerancia.


Me siento tan libre
que tu brazo armado de cobardía,
jamás me alcanza.

Vivo tan libre
saciando de aire puro mis aspiraciones,
que siento muy lejano el aliento
nauseabundo de tu infamia.




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2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bien ,excelente alegato a la libertadde espresion,cada dia vas mejor ,vas a superar al maestro jajaja

Alfonso Fraga dijo...

Buenos días jejejejejeje. Cada día me supera más el leerte. Ratifico de de José Manuel. Un beso y muy buen día.

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