_Pues ya que lo dices… ¡Tengo un par de juguetes que vamos a incorporar jajá!_
_Miedo me das Alicia cuando me dices eso mirándome así jajá ¡Joia loca!_
_ Sí loca… ya me dirás luego cuando te corras viva ¡Quién es la loca!_
Antes de entregarse de nuevo a una sesión de sexo, Alicia dispuso todo para depilar el pubis de Sara, ella el día antes de su llegada hizo lo propio, para no perder tiempo.
Con sumo cuidado fue recortando con una tijera el poco vello que había en forma triangular, hasta dejarlo tan corto que la cuchilla, eliminara sin esfuerzo todo rastro. Con paciencia, untó de aceite de almendras toda la parte a depilar, recreándose en un ligero masaje que se extendió inevitablemente a la vulva y el clítoris, con lo que no tuvo más remedio que acabar masturbando a Sara antes de depilarla. La lubricación del aceite hizo más acelerada la excitación que ya estaba en un punto álgido por la situación, Sara no tardó en gemir y correrse.
Una vez acabó el depilado, Alicia secó muy bien la zona y esta vez aplicó una crema calmante. Pero Sara asumió el papel protagonista mientras le pedía los juguetes prometidos. La anfitriona los sacó de un cajón de su armario, un vibrador con apéndice y un gusano vibrador del tamaño de un dedo. Sara roció con el aceite los senos de Alicia y alzándose sobre ella frotó con los suyos la parte aceitada mientras sin separarse fue echándose atrás hasta dejar un seno en la hendidura de su amiga. Lo dejó encajado a la vez que empujaba con leves movimientos, esperando el roce de su pezón con el clítoris. Pero Alicia le apremió para que usara el vibrador, lo introdujo mientras aceleraba la vibración y su amiga se apoyaba sobre sus pies alzando el cuerpo, dejando su pelvis lo suficientemente alta para que Sara pudiera ver y maniobrar sin problemas, sujetó sus labios menores dejando todo su sexo a su disposición… _ ¡Vamos, lléname, lléname el coño, rómpemelo!_ Le decía mientras mantenía el equilibrio a la vez que intentaba abrirse aún más de piernas. El apéndice del vibrador se fue ajustando a su papel sobre el clítoris, apenas aguantó Alicia tanta estimulación… otra vez como el día antes cerró sus piernas, pero no pudo contener un hondo grito provocado por tanto placer.
_ ¡Uh! Siempre que me corro me acuerdo de las pobres desgraciadas que no saben lo que es un orgasmo, no lo puedo evitar, me ha quedado una especie de fijación asociada a cada orgasmo que tengo._ Dijo Alicia mientras se cubría con la sabana riéndose.
_ ¡Tienes unas cosas que me haces reír y flipar! Nunca pienso en algo cuando me corro, ¡Mi mente se vacía a la vez que mi coño jajá!_
_ No lo puedo evitar Sara, es un pensamiento que ya viene solo, ¿Qué le voy a hacer? Jajá._
Transcurrido un cuarto de hora escaso, sin mediar palabra, con un gesto Alicia le pidió a Sara que se pusiera a cuatro patas, ella aceptó encantada, la colocó al borde de la cama mientras ella se ponía de pie en el suelo.
_Sara… Cierra los ojos, abre bien tus piernas…_Sara obedeció, Alicia salió de dormitorio, había guardado en el mueble del baño un vibrador con arnés que se montó mientras se miraba en el gran espejo de tocador, estaba excitada y sus pezones duros lo delataban, cuando creyó que lo tenía correctamente ajustado regresó junto a Sara que permanecía como minutos antes.
Continuará...
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