domingo, 21 de febrero de 2010

UN AIRE BISEX 8 PARTE








_ ¡Alicia déjame que haga unos huevos fritos con patatas anda!_
_ Claro que te dejo, vamos pero no ensucies mucho ¿Eh?_ Dijo Alicia mientras sacaba unos aperitivos y abría una botella de vino que no pensaba probar. _Te compré una botellita de vino, pero espero que la raciones ya que es toda para ti, a mí ya sabes que me levanta dolor de cabeza, me tomaré una coca cola. _
_ ¡Tú lo que quieres es emborracharme para abusar de mí jajá!_
_ ¿Más aún Sara? Bueno sí ¡Tengo que depilarte el conejo para comérmelo aún mejor jajá!
_ Vale, me temo que no sabes usar la cera…_
_Temes bien, será con la maquinilla pero tranquila… ¡Que te echaré antes aceite para que no se irrite tu delicada pielll!_ Dijo alzando la voz al final de la frase.
_Eso espero que me lo dejes suave… muy suave.

Bueno… ¿Cómo están los huevos, te gustan?_
_No se te dan mal los huevos… ¡Sara jajá! Se nota que tienes experiencia con ellos… Sara._
_Qué graciosa ¿Eh? Jajá, alguna tengo, ¡Sigo gustando más de huevos que de conejos jajá!_
_Y yo también aunque sus dueños ya no me atraigan tanto, con un hombre tengo todo al completo, pero el “Elegido” se resiste a aparecer…_
_ Creo que no debemos perder la esperanza totalmente, sigo creyendo que encontraré a aquel que me de todo lo que necesito, a quien entregar todo lo que tengo._ Dijo Sara pensativa mientras jugaba con el vaso de vino.
_ ¡Claro que sí! Ahí fuera hay un par de hombres atractivos y decididos que vendrán a reclutarnos para darnos la felicidad que nos merecemos, ¡No lo dudes! Nos apreciarán y valorarán enteras, no seremos sólo un par de tetas andantes…_ Argumentó Alicia esbozando una irónica sonrisa.

Se acostaron pronto, limitándose simplemente a mantener juntos sus cuerpos, caricias repartidas por los cabellos y los pechos, calor humano que tanto reconforta en las noches vacías, pequeños besos que esperaban a Morfeo.

A la mañana siguiente Alicia se levantó sigilosa, dejando bien arropada a Sara que aún se resistía a despertar. El aroma del café recién hecho abrió sus ojos, el desayuno esperaba en la mesa. Envuelta en el albornoz blanco apareció en el salón colocando sus cabellos, estaba atractiva, con la belleza serena de quien ha aligerado el cuerpo y el alma. La abertura del albornoz se abrió al sentarse dejando por unos instantes visibles sus senos y su pubis.
_ ¿Ya tan temprano me vas a poner caliente Sara? Dame un respiro jajá_ Bromeó Alicia mientras le acercaba unas magdalenas y unas galletas napolitanas.
_ ¡Claro! No quiero que decaiga esta pequeña bacanal que nos hemos montado…_
_ Y tan pequeña jajá ¡Sólo somos dos! Pero nos basta y nos sobra ¿No crees?_
_ Cierto Alicia, ya iremos incorporando nuevos componentes…_


Continuará....


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