lunes, 1 de marzo de 2010

BUSCO ALGUIEN QUE ME MATE 1 PARTE.







Cuando la cobardía nos supera...

La solución se busca fuera.












“Busco alguien que me mate”… Leyó una y otra vez el anuncio. Sólo estaba esta frase y un número de teléfono móvil. Miró al camarero que esperaba para echarle la leche en la taza de café. _ ¡Ah! Perdone._ El camarero se alejó y él volvió una vez más a leer el anuncio que venía en el periódico.

_Cómo puede ser que alguien ponga este anuncio…_ Se dijo y apuntó el teléfono. Álvaro era contable en una empresa de construcción, no había apuntado el número para ofrecerse como asesino a la persona que lo había publicado, simplemente algo le había revuelto muy adentro a leerlo, pensó que situación tan terrible podría tener esta persona para dejar un anuncio tan estremecedor.

Llegó a su mesa de trabajo y apenas se concentró el resto de la mañana, pasó las horas imaginando quién habría detrás de aquellas terribles palabras, tal vez algún joven con ganas de encontrar algún idiota del que reírse, un hombre desesperado por las deudas en estos tiempos de crisis profunda… pensó en tantas situaciones que no se decidió por un perfil en particular para el anunciante anónimo.

Salió de la oficina y se dirigió a su coche, ni siquiera vio al compañero que se montaba en el suyo y le saludó con la mano. No sabía qué hacer, si olvidarse del tema o llamar al número de móvil. ¿Habría llamado alguien ya? El anuncio tenía la fecha del día, no sabía cuánto tiempo permanecería en el periódico.

Durmió mal, la frase le asediaba, las situaciones que pudiera vivir aquella persona pasaban por su cabeza una y otra vez. Un pensamiento más fuerte que otros le decía que tras aquellas breves y lacerantes palabras realmente había una persona que sufría y no un bromista. No podía saber la razón, pero creyó que quien puso el anuncio, estaba realmente al límite.

A la mañana siguiente salió de casa con las ojeras marcadas, apenas durmió cuatro horas, pensó que tenía que tomar una decisión, olvidarse o llamar, pero una de ellas tenía que elegir.

Intentó hacer su trabajo y concentrarse ya que del día anterior tenía papeles por revisar. Le costó pero consiguió sustraerse y cuando llegó la hora de salir a tomar el café, había adelantado bastante. Llegó a la cafetería antes que el resto de sus compañeros, necesitaba ver si en el periódico del día salía de nuevo el anuncio… allí estaba, como en el del día anterior, “Busco alguien que me mate” Una vez más un escalofrío recorrió su cuerpo, aún más notable que el del día anterior, quien fuera insistía para conseguir su propósito. Y si iba a la policía, tal vez pudieran salvar a aquella persona, ayudarla de alguna manera.

Pero eligió llamar personalmente a aquel teléfono y salir de dudas, para llamar a la policía tendría tiempo si confirmaba que aquella persona iba en serio y realmente deseaba morir asesinado. Podía estar desequilibrado mentalmente ¿Quién en su sano juicio pone algo así en un periódico de amplia tirada?

Intentó pasar la mañana concentrado en su tarea, le dolía la cabeza de tanto darle vueltas, decidió que por la tarde llamaría y saldría de dudas, lo mismo el teléfono estaba apagado sin más.

Después de comer, se tomó un café para envalentonarse y apuró un cigarrillo antes de marcar en su móvil el número. Hizo la llamada ocultando el suyo… dio el tono, después de dejar que sonara varias veces colgó. Recuperó el pensamiento de que se trataba de un bromista pero quiso ir más allá y dejó que su número apareciera en la siguiente llamada que realizó.


Esta vez sólo dos tonos bastaron y al otro lado sonó una voz suave de mujer. Pegó un respingo de sorpresa sobre el asiento, en efecto, existía quien puso el anuncio, le faltaba confirmar si quien descolgó su llamada y el autor eran la misma persona.

_Buenas tardes… _ tras unos segundos para tragar saliva continuó hablando: _Verá yo vi su anuncio… ¿Ha puesto usted un anuncio en el periódico?_
_Sí_ Dijo tajante la mujer. Álvaro pensó colgar, no creía sentirse con fuerzas para escuchar las razones que aquella persona pudiera tener, pero se atrevió a preguntar: _ ¿Es cierto que busca lo que dice en el anuncio?_ Y una vez más oyó el “Sí” de su interlocutora. Dudó nuevamente, pero quería saber la razón y sin perder más tiempo por si decidía colgar lanzó su pregunta: ¿Por qué busca usted quien acabe con su vida?_ Ella afirmó tras un largo suspiro… _No puedo seguir viviendo._ creció su curiosidad, ya necesitaba la explicación entera.



Continuará...


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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sigo esperando que siga este relato.....

Jesus

Cristina dijo...

Yo también busco alguien que me mate, lo he intentado con una cuchilla pero apenas está afilada y se necesita hacer mucha fuerza para que corte lo suficientemente profundo.

El instante de Dánae dijo...

Hola Cristina, mi pequeño relato puede resultar trágico e incluso algunas personas, como en este caso tú, pueden verse identificadas en algunos aciagos momentos de su vida, la protagonista no ve salida y no tiene valor... pero el hecho de poner el anuncio, lejos de llevarla a la muerte, le salvará la vida, porque su llamamiento buscando quien le ayude a morir lo que encuentra es la esperanza. Tengo que acabarlo. No sé de dónde eres Cristina ni cuál es tu problema, pero te aseguro que cuando más oscuro es el destino, no es más corto sino más largo y hay que sacar fuerzas de donde sea para permitir que un día amanezca y todo vaya mejor. Desde Madrid, deseo que algo de la fuerza que me permite vivir pese a mis dificultades te llegue y no necesites... buscar alguien que te mate sino buscar alguien con quien sonreír. Un beso de vida!