atravesar carne caliente.

Llévate mis besos por el sendero,
que se encamina a tu ombligo,
deja que jueguen en él,
y avancen hasta tu sexo.
Envuelve con pasión cada
caricia que me das,
salpícame de vida y fuerza,
hasta rendir mis entrañas.
Y pídeme una vez más,
que te lleve al paraíso secreto,
donde dormita mi fiero deseo,
esperándote…

No hay comentarios:
Publicar un comentario