
Pienso en ti,
y mis maduros pezones se rompen,
buscando el calor húmedo de tus labios.
Es mi universo secreto
y ardiente lecho, erótica
fantasía donde te desenvuelves.
Piernas de seda,
salvaje concepción oblicua que
me dominas sin más opción.
Mujer, cálida brisa,
desconocida amante que
nunca llegaré a besar.
Pero aquí, conmigo
en la virtualidad del sueño,
tú me rodeas suavemente,
con tus brazos vaporosos,
y me atrapas en el surco
que divide tus glúteos prietos.
Cada noche acudo a la cita,
sólo a observar, a palpar
tu caliente y ansiosa profundidad…
que hace que muera tan rápido.

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