Cuando sientas el hundimiento
de tu propio Titanic, recuerda,
puedes ser superviviente si
no cejas en tu empeño de salvarte.
Si la vida acristala de sinsabores
tu existencia, resiste, tú puedes,
a través de reflejo de tus penas,
aún podrás ver el astro rey, radiante,
siente como su calor derrite sin
piedad cualquier mal, te deja libre,
imagina que nada puede arrinconarte,
mañana, mañana saldrás a flote,
atrás quedará el maldecido barro
que quiso maniatar tus sueños
y evitar que a tus pulmones,
accediera sin trabas el aire puro.
Esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
sábado, 15 de mayo de 2010
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