sábado, 13 de noviembre de 2010

SIEMPRE LO SUPIMOS (A MI MAESTRO DE PLUMA Y MÚSICA)

Ando zascandileando en un foro poniendo música y volví a escuchar esta pieza que conocía pero que desconocía su autor, su nombre... Hasta que tú solventaste mi desconocimiento musical en el terreno clásico. El Canon de Pachelbel´s. Desde ese día sus notas van unidas a tu recuerdo, acabo de escucharlo y a medias lo he interrumpido para mandarte este email que lo más seguro es que no tenga respuesta y preguntarte... ¿Cómo estás?


Quiero pensar que alguna vez, de tarde en tarde como me pasa a mí contigo, me recuerdas, quiero pensarlo ya desde la distancia que me dio el tiempo y desde la pausa que trae consigo el olvido... Olvido entre comillas, olvido obligado que no querido, que no es deseado, pienso que alguna vez recuerdas aquella noche cuando misteriosamente saliste a mi paso, aquella cita inolvidable, dos desconocidos que se conocieron de antemano a distancia, interior y costa, tierra y mar, hasta agotarte con mis inquietudes y mi insistencia, recuerdas que me decías que te agotaba? Aquella noche fría que mantuvo cálida el candor de tu delicadeza, la fuerza de tu experiencia, tu exquisita educación salpicada de la insolencia que luchaba por escapar a tu control, siempre controlado y comedido, siempre contenido...


Han pasado muchos meses y me acostumbré a no pensarte hasta dolerme ese punto intangible que se llama alma, a no humedecer mis ojos recordando todo lo que me enseñaste, perdonando que no hayas vuelto a mí, como amigo... Hoy asumo que fuimos la luna y el sol y que sólo un eclipse acercó nuestros labios y nuestros torsos, aquella noche se oscureció todo para que fuéramos una única luz, nunca más nuestro brillo será mutuo, pero ahí estuvo la magia, en lo efímero de nuestro encuentro.


Nació nuestra relación ya huérfana de futuro, lo sé, siempre lo supimos, creció la hierba en el camino y enmudecieron las voces que antes mutuamente acariciaban nuestros oídos, las letras que ansiábamos recibir y que leíamos ansiosamente también sucumbieron, se arrastraron apenas sin fuerzas al sumidero del olvido, pero sobre todo aquello por mi parte, permaneces en la pequeña constelación formada por mis escasos dioses, pocos, suficientes para seguir creyendo... Que hay mucho más que almas estériles y cerebros mediocres, de cuando en cuando un cometa me roza veloz y renueva mi sangre y agranda mi esperanza; mientras, añoro tu voz, me duele no leer tus relatos y como me enseñaste... Corrijo una y otra vez mis escritos...












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1 comentario:

Dado dijo...

Si corriges una y otra vez tus escritos perderán la constancia que requieren las palabras al ser redactadas,
palabras que irán apareciendo en tu mente para expresar una idea,
sueño o ficción,
deseo o emoción,......
o una canción.

Cuando escribas,escribe,
y no pienses que palabras quedan mejor,
porque elegirás la peor,
tu mente inconsciente ya ha visualizado un proyecto que tu lenta mano demorará en plasmar,
si lo cambias con tu mente consciente tu escrito perderá su sentido original.

Cuando escribas escribe de una sola cosa y no de dos,
has entonces tantos escritos como sean necesarios,
y así tendrás lo que los Griegos al escribir,
un punto de referencia en cada escrito.

Respecto a tu maestro, discrepo cordialmente con él,
respecto a ti se auténtica y no dejes que nadie escriba a través de tu pluma.

Dado