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De golpe, he aprendido a ejercer
el acto de la contención emocional,
a atar corto mis impulsos, así,
sin darme cuenta y sin costarme,
no soy consciente de mi cambio,
vi que no me enfurecía una falsa
acusación, que tu burla elaborada
caía al suelo resbalando por mi piel,
en ningún poro mío, pudo
penetrar tu insidia... Ahora no.
De golpe, sé que ya no tienes
capacidad para exaltar mis nervios,
ahora veo con realismo, como
a través del cristal más impoluto,
que mi silencio te lacera más que
cualquiera de mis afiladas respuestas,
nada será más certero y mortal,
atravesando tu corazón, que la falta
de un gesto mío, soy impasible, muda,
no atravesaras mi muralla, ya no.
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