Si me atreviera a trepar
por tu cuerpo sinuoso,
subiendo uno tras otro
los peldaños candentes
de tu escalera interior,
agarrarme a las barandas,
férreas barreras con
que proteges tu alma,
alcanzaría el pan y la sal…
Que me niegas.
Si quieres sucumbir a las sensaciones, tendrás que leer mis escritos. Dánae
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