Mueren las ilusiones, la piel del alma sufre y envejece, nacen nuevas metas, otra epidermis sonrosada y tersa renace. El espíritu siempre será inmortal.
Si se apaga la luz de mi sonrisa
Y si dejaran mis ojos de otear el confín,
Si llegara el último soplo de aire
A mi desengañado corazón...
Aún me quedaría vida.
Llevo la carga inmensa de la decepción,
Aquellas promesas incumplidas,
Tengo el sabor agrio de
La amistad hipócrita que aún me busca,
Libro la batalla a todas horas
Con las sombras fantasmales de mi existencia...
Aún me queda la vida.
Tras el roto tejido de la inocencia,
Los hilos de mis fuerzas me sujetan,
No arrastraré viejas apariencias,
Parto de cero conmigo, sin ti, sin ti...
Aún estoy viva.
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