El látigo de mis palabras,
Lacera tus escasas razones,
Abandona la liza,
Que no te quedará piel
Donde lamer heridas.
Tus artes maliciosas, no me inquietan,
Ni me alteras con las bravatas
Que escenificas;
Más bien a tu pesar,
Mi tiempo de asueto entretienes.
Piérdete en tus pensamientos,
Cuando halles uno claro, interesante,
Apréndelo, así serás como
Un libro con una página escrita.
Esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
domingo, 3 de agosto de 2008
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