Te habría soltado los cabellos,
da igual que algunas canas insolentes
cabalguen tus rizos de azabache,
les habría liberado del cordel opresor,
invitándoles a bailar libres para deleite
de mis ojos reverentes... Rendidos.
Eres delicioso, cabal, entrañable,
viniste del lejano ultramar, sorprendente
esencia de hombre perfecto,
sin embargo te sentí más cercano
que tantos de mis compatriotas, sombras
2 comentarios:
De donde venimos y adonde vamos, solo lo sabe el viento,
cálido o frio suele ser cruel,
¿podemos elegir?.
Si al escribir pudiéramos liberar nuestra carga,
cada letra serviría para sentirnos mejor...........
Saludos Dánae.
Gino
Holaaa, no se puede aligerar la carga pero se disfruta al leer las palabras de un buen amigo... Muaa
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