El sueño que a duras penas respiraba...
se desvanece. Al final la certeza de
la vida secciona la ilusión del corazón.
Olvida, aprisiona el corazón
con los cordones del recuerdo...
y olvida.
Imaginaste que dentro de ti,
con su fuerza eras invencible
y creiste en el señuelo de la felicidad;
pero tus armas, son calamina
en los campos ardientes del destino,
la fuerza de tu alma,
estuvo sola, el amor incansable
era el tuyo, el otro corazón
no se entregó en igual medida.
Ahora, olvida y camina,
tus pies anduvieron cada día,
tras la estela de su amor,
ahora irán en la senda de la vida,
palpitando la sonrisa sobre las lágrimas.
Apaga la luz,
camina de nuevo en la penumbra,
la esperanza te guia... siempre lo hizo.
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